miércoles, 13 de octubre de 2010

Nunca tuvimos tanto blues .....y jazz


The Blues - Rojo, Blanco & Blues. Documental. Duración: 89`. Dirección: Mike Figgis. Participan: Jeff Beck, Tom Jones, Van Morrison, Eric Clapton, Peter Green, John Mayall y otros.

Domingo 24 de Octubre - 20.30 hs - Carmela Multiespacio
Entrada: $ 15. Incluye recital y función cinematográfica


A Ojo Yeno Cine Club hace su reentrée (o por lo menos amaga) el próximo domingo 24/10 con un verdadero banquete de blues y jazz que va desde lo testimonial/documental a la pura música en vivo, un experimento que ojalá funcione y como dicen quienes hicieron buen provecho y degustaron, se repita si vale la pena.


Daniel Corzo, en vivo, con el feeling, las notas justas y mucho por compartir


Esta vez el Ojo recala en el Carmela para hacer un doblete en organización conjunta con el Conservatorio Musical de Marcos Juárez. Allí, en primer lugar el maestro Daniel Corzo (http://www.danielcorzo.com.ar/ para quienes quieran YA una prueba de lo bueno que puede estar el domingo en la sección en vivo) se va a presentar con un set de blues, jazz y standards clásicos de esos que alguna vez seguro escuchaste o que suenan MUY similares a alguna banda moderna de esos géneros. Influencia que le dicen. Corzo es profesor en el Conservatorio, en Marcos Juárez ha hecho buenas migas y va siendo hora de aprovechar su presencia semanal como docente para multiplicar su mensaje musical, teniendo en cuenta además la actualidad local donde muchos jóvenes y no tanto se interesan por aprender y hasta arriesgar con alguna banda.


Del escenario a la pantalla
No todo terminará allá, aunque el auditorio ya esté para aflojarse un agujerito el cinturón de tanta panzada de música. Desde la pantalla vamos a ver cómo en el legendario, sagrado, entrañable estudio central de Abbey Road se encuentran en 2002 un puñado de monstruos del blues y el jazz, y hasta se intercambian algún trivial saludo ("cómo andás", "y...la buena vida", etc), abrazos y a charlar y zapar, intercalando en esa participación "en piso" algunas entrevistas con estos y otras leyendas del blues blanco precisamente sobre los orígenes de este y sus raíces profundas con el blues y el jazz negros. Una fiestonga.
"Rojo, blanco y blues", si bien fue dirigida y digamos criada por Mike Figgis, director inglés que alguna vez tocó con Bryan Ferry antes de decidirse por el cine, tiene como factótum absoluto al gran Martin Scorsese, productor de la serie The Blues. A este petiso italiano asmático que no para de hablar lo conocerás por ser el director, entre otras cosas, de Taxi Driver, Buenos Muchachos, La Ultima Tentación de Cristo, Casino, El Aviador, etc. Como si su currículum fuera poco con esto y tantas otras joyas, de jovencito Martin fue asistente de dirección de Woodstock, donde el rock and roll le entró directo a las venas. A partir de allí no dejó de aparecer esta música en sus films, siendo parte vital en sus historias (ej.: Buenos Muchachos), abrazando el género musical decididamente (New York New York, con De Niro y Liza Minnelli, un film recontra maldito) o con el llano documental (The Last Waltz, Bob Dylan-No Direction Home, Rolling Stones-Shine a Light y uno inminente sobre George Harrison).

A todo esto sumó el blues en una miniserie que abarca las distintas facetas etnicas, sónicas y hasta ideológicas de este género musical y su relación íntima con el jazz. Rojo, blanco y blues fue el penúltimo de los siete capítulos y nos entrega a los ingleses y americanos que tomaron la posta del blues negro haciendo su mixtura, su propia alquimia que influyó tanto a bluseros de generaciones posteriores como a la música pop en sus mayores exponentes como los Beatles o los Stones, los Who y una interminable lista desde ahí al resto del mundo.

AH! Que quiénes participan en esta zapada? Agarrate: esa bestia llamada Tom Jones tantas veces (como nuestro recordado Sandro) tildado de trivial y comercial. Escuchalo aullar blues con el acompañamiento del cabrón de Jeff Beck. Justamente, tanto Beck como otro malhumorado famoso, Van Morrison (un duende inexpresivo y avejentado que te vuela la peluca cuando canta un blues), parecen pasarla fantástico y lo transmiten. Y allí aparecen entrevistas con un emocionado John Mayall, padre del blues blanco, enumerando una laaaarga lista de sus discos gastados desde jovencito. Y alguna actuación del primer Clapton, y los primeros Fleetwood Mac, Peter Green, B.B. King, Stevie Winwood, Eric Burdon y siguen las firmas.

La invitación queda hecha para un encuentro con Daniel Corzo para que luego la magia se traslade a la pantalla y redondeemos un nuevo arranque de A Ojo Yeno Cine Club, siempre con la idea del rescate de lo inédito, lo olvidado, lo nuevo o lo viejo, pero en todos casos lo bueno y a buen precio...
por A Ojo Yeno Cine Club,
Andrés del Pino

miércoles, 31 de marzo de 2010

"Corten! Salió perfecto!" La épica del perdedor

ED WOOD (EEUU, 1994). Dir.: Tim Burton. Int.: Johnny Depp, Sarah Jessica Parker, Patricia Arquette, Bill Murray, Martin Landau. Dur.: 127'

VIERNES 2 DE ABRIL - 23 HS - BARSOVIA (Marcos Juárez) - Entrada libre y gratuita - Servicio de Bar.
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En un mundo donde para existir hay que ser exitoso, donde para ser respetado en los círculos artísticos hay que tener el mote al menos de genio y donde para pertenecer hay que mover dinero y apariencias, el ED WOOD de Tim Burton reivindica (como prácticamente toda la obra burtoniana) los valores del outsider solitario, que con su aura dramática de perdedor y extraño al sistema continúa haciendo la suya en su propia manera de ser feliz. Véanse si no Edward Scissorhands, algunos personajes de sus dos Batman (1989 y 1992), el Ichabod Crane de Sleepy Hollow, y hasta el más reciente Sweeney Todd. No es casualidad que casi todos fueran interpretados por ese outsider dentro de la industria llamado Johnny Depp.

Tres potencias se saludan: Johnny Depp, Martin Landau (como Bela Lugosi) y el verdadero Ed Wood (abajo), con películas de madera pero a puro corazón


Edward D. Wood Jr. (1924-1978) fue históricamente considerado con el mote difícilmente glorioso de "el peor director de la historia del cine". Es muy probable que, más allá de la mediocridad de Wood, la industrialización del cine occidental y la proliferación de artistejos con pretensiones de cineastas merezca que tal cetro vaya a "peores" manos, tal como Burton y Depp pintan a un Ed apasionado, descontrolado y entregado con el mayor de los espíritus positivos a para una obra artística en la cual estará ausente el talento. Con tanto mediocre con dinero (otra constante en Hollywood), digamos que el finado Wood tendrá películas pésimas pero al menos puso el alma y el corazón. Buen plato para las sesiones cinéfilas masoquistas en el género "tan malas que son buenas", son films como "Glen o Glenda" (1953), primer avance sobre el travestismo con el mismo Wood como protagonista y amplias connotaciones autobiográficas, "La Novia del Monstruo" (1955) y la cima total del cine clase Z llamada "Plan 9 del Espacio Sideral".


Del comentario social hasta el cine de terror y ciencia ficción, la obra de Wood fue inenarrable, pero el film de Tim Burton rescata el détrás de escena y la vida del cineasta con la acostumbrada ternura con que acompaña a sus criaturas como las antes mencionadas de anteriores películas. Y donde cualquier otro guionista o director hubiera armado una parodia barata, cretina y facilonga, este duende extraño que combina a Disney con la oscuridad nos abre junto a su perenne socio Depp una nueva puerta a otro mundo bizarro (qué palabra tan mal usada y apropiada por nuestra televisión basura, por Dios) y de extraño encanto. En el elenco resalta además el veterano Martin Landau, ganador de un Oscar por su rol como un desvencijado Bela Lugosi que entra en el clan Wood.

El plus también lo da otro acostumbrado socio de Burton, el gran compositor Danny Elfman con un soundrack que recubre otra épica de TB sobre los fuera del sistema.


Andrés del Pino

domingo, 14 de marzo de 2010

Créase o no: con Van Damme al Cine Club


JCVD (2008). Int.: Jean Claude Van Damme. Dir.: Mabrouk El Mechri. Dur.: 97'.

BAR BARSOVIA . VIERNES 19 DE MARZO - 22.30 HS


Sí, hay que aceptar que suena algo así como si llevaras a un concurrido bar céntrico la última de David Lynch, es decir MUY desubicado.

Pero ocurre que, más allá de prejuicios, JCVD es un insólito producto que hurga en forma divertida y creativa en los recursos cinematográficos hasta exponer, justamente como un juego de mil espejos, los alcances del séptimo arte. Más interesante es la propuesta cuando no la protagoniza un Jeremy Irons, un De Niro o algún otro actor intenso y de escuela, sino un astro del cine de acción en plena decadencia.

Van Damme (Bélgica, 1960), surgido en un segundo plano en "Retroceder Nunca, Rendirse Jamás" (1986) se destacó a partir de allí en una hilera de títulos de cine a las patadas (El gran dragón blanco, Aguila Negra, Cyborg, Kickboxer, etc), matizada con algunos interesantes ejemplos de ficción barata (Universal Soldier, mejor aún Timecop), llegando a su tope en Hard Target, vehículo del fantástico cineasta chino John Woo para ingresar a Hollywood. Posteriormente sería dirigido por otros dos orientales como Ringo Lam y Tsui Hark, todos como Woo especialistas en la acción a raudales, y luego sobrevendría el ocaso en la taquilla. Al igual que a otro astro del cine a las piñas como Steven Seagal, de unos años a esta parte las películas de Jean Claude van derecho a video tanto en EEUU como Argentina. En beneficio del belga podemos decir que es muchísimo más tolerable como actor que el pétreo Seagal.


JCVD se perdió de superar a Stallone y Schwarzenegger porque le gustó mucho la joda. En ese sentido, JVCD (el film) es tanto un reality falso como el exorcismo de los demonios de un actor en decadencia.


Podemos sospechar que fue el lado artístico de Van Damme (que dirigió un film bastante interesante llamado The Quest) el que lo atrajo a un proyecto para "hacer de JCVD", pero sin las cegadoras luces del ego y su status. Es decir, Van Damme saliendo de una filmación, respondiendo en un juicio por la custodia de su hija, contando monedas, teniendo problemas de impuestos, huyendo a su Bélgica natal y metiéndose en una suerte de plan absurdo del destino. El proyecto que en un principio era pura comedia tuvo alguna justa vuelta de tuerca y se convirtió en un ejercicio metacinematográfico donde lo biográfico choca con lo ficticio, la acción con el drama, a JC lo calzan un par de veces, le va todo muy mal (es decir, al revés que a Fort, a este musculoso en su ridículo seudorealitly lo agarran todas las leyes de murphy juntas), y termina rompiendo y no con los puños la cuarta pared y se confiesa frente a nosotros en un monólogo que lo despega extraordinariamente de su rol de actor y de JCVD en problemas a un tercer estado, que nos demuestra los recovecos sin límites del cine para experimentar y mezclar realidad con ficción.

Como muestra baste observar detenidamente el afiche del film, donde el habitual rostro duro del protagonista casi siempre con un arma en la mano y prometiendo rosca, se troca por un semblante sombrío, casi la negación del soporte de promoción como es la publicidad y como fue Van Damme durante unos cuantos años en Hollywood.

AdP


Trailer en You Tube:

http://www.youtube.com/watch?v=4z_6UfkQ-c0

Un par de comentarios


"Una deslumbrante lección práctica sobre las dificultades de determinar el auténtico valor -que no el precio- de Van Damme como icono cultural. (...) Es posible que todo sea una elaboradísima broma, pero la conmoción es verdadera. Y la redención de Van Damme, incluso para quienes jamás le prestaron atención, es inapelable." (Jordi Costa: Diario El País)

"Este juguete posmoderno y crepuscular que es JCVD conquista a todo tipo de público, eleva a Van Damme a la galería de ídolos caídos capaces de reinventarse, y es justo film de culto automático. (...) Puntuación: **** (sobre 5)" (Jesús Palacios: Fotogramas).

lunes, 1 de marzo de 2010

Encendida en la hoguera del blues



LA ROSA (THE ROSE. EEUU, 1979). Int. Bette Midler, Alan Bates. Dir. Mark Rydell. Dur.: 125'.



VIERNES 5 DE MARZO - 22.30 HS - BAR BARSOVIA (MARCOS JUÁREZ)

Entrada libre y gratuita - Servicio de Bar


Lo más cercano que el cine pudo haber estado ficcionalmente a la vida de Janis Joplin, y por extensión al blues salvo pocas excepciones, es este intenso film que abordó en forma inspirada y no tanto guiada por hechos corroborables de la atormentada vida de la diosa blanca del blues muerta por sus excesos a los 27 años, muy cerca en fecha y a la misma edad que otros dos íconos como Jimi Hendrix y Jim Morrison.


El film nos tira de movida nomás a seguir al torbellino llamado Mary Rose Foster, ya famosa y perdidamente alcohólica y no correspondida por el mundo con su sensibilidad que en escena -junto a una gran carga de furia blusera- desparrama a sus anchas para luego vivir sin tocar tierra y tener amoríos absolutamente de paso. La gira es larga y los tropezones, caídas y remontadas son continuos, acompañados por el típico manager aparentemente comprensivo pero -serán todos así?- más cercano en espíritu a un servidor de satanás que a un empresario que "cuida" su producto.


El film fue el debut de Bette Midler (entonces 33 años) en un personaje "in your face" que pocos se animan por miedo a caer duro. Bette venía de ser apenas una cantante de buena crítica pero no mucho status, con un circuito de cabarets y cierta fama doméstica. Acá ni de cuitas la conocíamos. El tema es que tal intensidad (y crispación, temas peligrosos que pueden pasar una buena actuación al cuarto de las caricaturas) arrastra el febril ritmo de la película, en determinado momento preguntándonos hasta que punto Midler no ponía de su propia experiencia. Las críticas fueron fantásticas, Bette casi gana un Oscar y, como muchas veces pasa, el futuro no fue lo esperado y paralelamente a su carrera musical la actoral fue de regular para abajo mayormente con papeles de comedia.


Obviamente no es ni el repertorio de la Joplin ni tampoco vamos a entrar en comparaciones, pero una de las cosas sorprendentes es la adaptación de Bette Midler al blues y rock brutal de similar estilo, cuando no era el suyo en su carrera. Párrafo especial para su versión en llamas de "Cuando un hombre ama a una mujer", previo terrible monólogo sobre su propia soledad, y la cumbre final con "Stay With Me" que, será un pecado decirlo, pero está muy cerca del espíritu de la gran Janis.


En síntesis, un trip trágico pero bienvenido con muchos momentos musicales de excelencia (una suerte ya que en tantos films de este tipo nos quedamos siempre con más ganas y más aún cuando quien canta es el actor y no un soundtrack).


AdP






lunes, 1 de febrero de 2010

Contra toda forma de photoshop

THE ROLLING STONES - SHINE A LIGHT (2008). Int.: Rolling Stones, Martin Scorsese...y Bill Clinton y su mamá!. Dir.: Martin Scorsese. dUR.: 122'



VIERNES 5 DE FEBRERO - 23 HORAS - BAR BARSOVIA . SERVICIO DE BAR/AIRE ACONDICIONADO/ ETECÉ



Martin Scorsese (1942) es un petiso ítalonorteamericano que nos dió joyas inoxidables en los últimos treinta y pico de años. Para los no enterados va un listado hipercompacto: Taxi Driver, Toro Salvaje, La Ultima Tentación de Cristo, Cabo de Miedo, Casino, Buenos Muchachos, El Aviador. Podríamos poner más pero es tarde y hay que trabajar.

Antes de pelar a un desconocido De Niro como un psicotaxista y obtener reconocimiento como uno de los grandes cineastas de estos tiempos, MS fue asistente de dirección del film Woodstock y aunque ya era cinéfilo, el cóctel con el rock fue mortal y lo marcó por siempre, cosa que se puede notar en la música de sus films, especialmente las enloquecidas Casino y Buenos Muchachos.

Ya en estos tiempos aburguesados y con más de sesenta y pico a cuestas, pasando de tener como fetiche del pirado de De Niro al eternamente bello como buen actor Di Caprio, Martin no se olvidó de las rocas y se puso a documentar. Prueba de ello en primer lugar fue el doc en primera persona de Bob Dylan y sus primeros años de explosión folk social en No Direction Home (2005) y al toque esta fiesta que entregamos a nuestros amigos del Cine Club: Shine a Light, o los Rolling Stones como en el living de tu casa. O tal vez un poco más, a menos que tu living sea algo similar al Beacon Theatre de Nueva York.


En 2006 el gran Bill Clinton quiso para su fiestita de cumpleaños hacer algo por su fundación benéfica y les pegó un chiflido cuando promediaban la gira A Bigger Bang. Allí fueron por la noble causa estos dinosaurios que hace décadas no tocan en un teatro. Y ahí fue convocado Marty para filmarlos.

Cada minuto de Shine a Light es para disfrutar, más allá de ser en su mayoría un recital con mayúsculas de los Stones. Desde el arranque en la preproducción cuando el asmático y acelerado Scorsese está al borde de la lipotimia porque Jagger quiere otra escenografía y no quiere tantas cámaras sobre el público, hasta lo que el pobre MS sufre porque Mick (al fin y al cabo el cerebro negociador de la banda) no quiere dar seña sobre con qué tema van a arrancar, lo cual complica el manejo de cámaras. Si viste uno de los films citados sabrás que el punch de este director reside en gran medida en la edición. Por eso es tragicómico verlo a Marty reirse por no llorar en este choque de leyendas del cine por un lado y del rock por otro.





Scorsese (el de anteojos) se ríe pero en realidad quisiera asesinar en ese momento a Mick Jagger, que le retruca mal cada propuesta para filmar dos conciertos y armar Shine a Light.




Y el producto no defrauda a pesar de las demandas de Jagger de menos cámaras: nunca vas a ver tan de cerca el rostro curtido de Richards, ni captar momentos difíciles de ver en un estadio como los soplidos del grandioso y también ajado Charlie Watts al terminar un tema y sus guiños de complicidad con Keith, que lo venera como un Dios o más. Seguir los arabescos increíblemente gimnásticos de Jagger, más entero que nunca y con mejor voz que jamás. El buen humor de Ron Wood, el único que sigue la ruta de vicios contundentes que los demás han dejado de lado, y esa torre de poder que es el bajista Darryl Jones, un contratado permanente luego de la deserción de Bill Wyman. Todo bien con los invitados (la leyenda blusera Buddy Guy, Jack White y Christina Aguilera) pero podrían haberse quedado en las butacas que sería igual: lo asombroso es esta banda que se niega a morir y transita sus últimos años sin necesidad de la obscenidad decadente del photoshop, mostrando su propio rito obsceno como es la vejez lujuriosa del rock and roll saliendo por cada cansado poro que viene transpirando vaya a saber qué cosas además de agua desde hace casi cincuenta pirulos.


Siempre fue sólo rock and roll. Y eso ha sido siempre lo bueno, como con los buenos vinos añejados.



Andrés del Pino

miércoles, 27 de enero de 2010

ANTI HIGH SCHOOL MUSICAL (Las chicas quieren tocar)


LINDA LINDA LINDA (Japón, 2005). Int.: Du-Na Bae, Aki Maeda. Dir.: Nobuhiro Yamashita.


VIERNES 29 - NUEVO HORARIO - 23 HORAS - BARSOVIA BAR - MARCOS JUÁREZ



GABBA GABBA HEY


Nomás empezar el nuevo ciclo y ya arrancamos con cosas raras pero bueno, es una de las razones de A Ojo Yeno, traer o rescatar cosas que a lo mejor no están tan a mano o si lo están no llaman mucho la atención. De cine se trata y el mundo es grande así que, amigos, nos vamos a Japón. O lo traemos a Barsovia, que Polonia queda más cerca.


LINDA LINDA LINDA es un film inédito en la Argentina que solamente pasó por el Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires (BAFICI) en 2006 y levantó comprensibles adhesiones en la crítica cinéfila de paladar negro y espectadores también de buen gusto por ser entre otras cosas formales, un film donde hay rock y jóvenes pero no apela a la tontería y al lugar común. Con sus tiempos y a su tiempo, LLL nos pide que acompañemos a cuatro jovenes estudiantes que están terminando el cole y como va a haber un intercambio entre estudiantes japoneses y coreanos, sueñan con rearmar una bandita que venían teniendo versionando temas de los Blue Hearts, una suerte de pop punks de ese país con fuertes vínculos a los legendarios Ramones. De allí el título literal en español del film, ídem a un tema de los Blue Hearts que después de escucharlo lo tenés en la cabeza por un año. Algo parecido, claro, a lo que pasó con la primera vez que escuchaste, por ejemplo "Baby Don't Go", o "She's a Sensation" o "Hacelo por mí" (ah, no, esa no era de los Ramones). También cumple un rol interesante la música incidental y temas de James Iha.


Como en el buen cine japonés, tenemos plácidos y muy bien encuadrados momentos para seguir a los personajes, en este caso a la banda o a las historias particulares de las chicas y todo el rollo en esa inmensa high school preparándose para el encuentro. Desde el vamos en la primer toma el director Yamashita planta de qué lado está cuando nos pone frente a una adolescente haciendo la intro de un documental del colegio donde dice algo así como que con el ir creciendo no deben agotarse ni censurarse los rumbos de la juventud. Allí va el film, con mucha fuerza y delicadeza a la vez.


Andrés del Pino

martes, 19 de enero de 2010

Si se trata de festejar, festejemos (una forma de felicidad)

A PRUEBA DE MUERTE (Death Proof, EEUU 2007). 114'. Int. Kurt Russell, Zoe Bell, Rosario Dawson etc etc. Dir.: Quentin Tarantino.

VIERNES 22 DE ENERO - 22.30 HS . BAR BARSOVIA


"Qué película feliz! Las chicas-chabones, un fenomenal invento tarantinesco, en todo su esplendor. Varios placeres: el de la conversación, el de la música, el de la venganza, el de la amistad, el de la humillación de los macho alfa, el de los autos, el de la nostalgia setentista, el de la belleza de las mujeres, el de la bebida y el porro en grupo. En suma: el placer del cine, el único arte que puede contener todos los anteriores" (Gustavo Noriega, Revista El Amante Cine, No. 212, Enero 2010).


Choreamos este breve como antológico pedazo de crítica hipersubjetiva, emotiva y absolutamente ilustrativa del maestro Noriega, casi eximiéndonos de cualquier comentario propio para motivar la asistencia a la primer función de 2010 de A Ojo Yeno Cine Club, que de esta forma cumple un año desde que inició su segundo período. Y por eso se nos ocurrió hacernos un regalo para nosotros y para quienes vienen acompañandonos: una película tan feliz y desinhibida como violenta, brotada como una nueva catársis de catálogo de preferencias cinéfilas del hiperquinético Quentin Tarantino.

Paréntesis necesario, esta vez arrancamos con lugarcito nuevo, con el aporte de la gente de Barsovia y su comodidad, ojalá nos dure a todos el entusiasmo ya que el lugar es fantástico y tenemos un buen listado de propuestas para atravesar el verano y si se puede seguir con el Ojo y su rescate cinematográfico. Gracias Barsovia!.

A lo nuestro, si es que después de lo de Noriega tiene sentido. Vale rescatar que A Prueba de Muerte fue concebida desde el vamos como un juego nostálgico del "doble programa" que muchos que tenemos la edad de QT recordamos en los cines Monumental, Español, Italiano, Marista. Junto con otro animal cinéfilo como Robert "Mariachi" Rodriguez, Tarantino pergeñó un
doble programa que incluía este film con deudas gráficas y reconocidas ampliamente hasta en los diálogos, de las pelis de persecuciones automovilósticas de los 70. Entre otras, dos joyas como Vanishing Point (Carrera contra el destino, 1970) y Dirty Mary Crazy Larry (La fuga del loco y la sucia, 1974). El otro film de este doble programa fue Planet Terror, dirigida por Rodríguez con todo el homenaje al cine de zombies que encabezó el gran George Romero. Se estrenaron juntas inclusive con dos "colas" de sendos falsos films entre una y otra, fracasaron y fueron reeditadas y estrenadas por separado.

Death Proof, en muy resumidas cuentas, nos pasea junto con un grupo de chicas (dos grupos en realidad) que simplemente hacen de su vida esos placeres de la cita de Noriega, hasta que se encuentran con Stuntman Mike, un doble de riesgo de películas de autos, que no juega con todas las bochas. Los diálogos de las barras femeninas son una verdadera delicia, casi una obviedad teniendo en cuenta que aunque Tarantino sea un guarro de la sangre y violencia, es un especialista de los dialogos domésticos que en apariencia son intrascendentes. O lo son, pero tienen la frescura que el cine ceremonioso y contenidista se prohíbe.

El elenco es fantástico. Como Stuntman Mike brilla Kurt Russell, el dueño del rostro y presencia del Snake Plissken de Escape en New York. Y las chicas. Qué decir de las soberbias Rosario Dawson y Vanessa Ferlito, el tipo de mujeres que no cuaja en el cine de botox y figuras escuálidas del cine norteamericano actual. Contundencia, que le dicen. Muchos tildaron apresuradamente a QT de machista y misógino. Un análisis del film en completo muestra todo lo contrario: pocas veces el cine como entretenimiento reivindica a las mujeres como dueñas de un universo propio y de una fortaleza "a prueba de muerte".

Platos especiales: Zoe Bell, en la vida real una doble de riesgo, haciendo cabriolas varias sobre el final del film. En roles breves, el propio Tarantino como dueño de un bar y Eli Roth, el director de "Hostel", como un amigo de las chicas.

Finalmente, las persecuciones están filmadas como se hacían en aquellas épocas, poco y nada de efectos especiales, planos largos y físicos del movimiento (y no la hiperkinesis confusa de montaje que nos da hoy por hoy el cine de acción), y si, hay que decirlo: el berretín de QT y RR incluyó arruinar las cintas para darle el efecto de saltos y cortes y rayas en la película que más de uno chifló en las funciones de nuestros cines marcosjuarenses antaño. En Planet Terror, Rodríguez fue más lejos: la película tiene un supuesto.....rollo faltante!!!.
Por otra parte, como ejercicio de nostalgia, Death Proof mira hacia atrás valorando un cine que ya no está mas. El placer es, con esta herramienta llamada cine, rescatarlo. Algo parecido a lo que queremos hacer en A Ojo Yeno, vaya coincidencia
Andrés del Pino